octubre 19, 2014

Soñé un día, un día Soñé


Soñé un día con que llegaras a mi vida y me arrebataras mis miedos.

Soñé un día que las puertas cerradas no existían, solo un trampolín blanco cargado de alas para los que saltaran en el.

Soñé un día que solo correrían por mis mejillas lagrimas de felicidad, de agradecimiento, de éxtasis, de paz, de libertad, de heridas sanadas, de fracasos  sobrepasados, de victorias ganadas, de vuelos por hacer.

Soñé un día que montaba bicicleta como antes, que me refrescaba con el viento el sudor del cuerpo, que levantaba las manos del timón y que me creía nuevamente la dueña del mundo por hacer esa maniobra.

Soñé un día que no habían mentiras, que lo que veían los ojos no tenia claves ocultas, no prendía la intuición, no necesitaba cuidado previo de premisa, porque no existía tal vía, solo la verdad existía.

Soñé un día que todo era mas simple, que no se sentía la carga de las batallas pasadas, que solo se releía un álbum lleno de historias pasadas quebrantadas o limpias con una chispa de estrella que borraba la hostilidad y solo se llenaba del romance de aquellas almas que di sí se reían. 

UN día soñé que no soñaba porque ya vivía, las ilusiones no eran necesarias porque la realidad enamoraba cada aliento que soplaba.